Existe un alto nivel de especialización en los proveedores de la cadena constructora, para cumplir con una norma tan valiosa y sustentada. Sin embargo, el gremio de aseguradoras Fasecolda llama la atención sobre su aplicación.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, el terremoto en Haití arrojó pérdidas en edificaciones por 14.000 millones de dólares; en Chile, las mismas ascendieron hasta US$8.000 millones. Cifras como esta, además del impacto en vidas humanas, ponen en evidencia la necesidad del sector constructor mundial de implementar mejoras tecnológicas y constructivas, en zonas susceptibles a este tipo de desastres naturales. Pero ¿Se cumple a cabalidad la Norma Sismorresistente en nuestro país
Para Juan Camilo Montoya, Director de Proyectos Industriales de Lincoln Electric, la nueva norma colombiana de sismorresistencia pone a los proveedores a un nivel de competencia con los más altos estándares mundiales. Los cambios que se dan básicamente en las conexiones soldadas, son en su resistencia mecánica; puntualmente en la resistencia al impacto. Ello buscando el uso de los materiales de soldadura de la más alta calidad con el fin de poder garantizar los valores, tanto de elongación como de absorción de energía antes de la rotura.
¿Se cumple la norma a cabalidad
Desafortunadamente, el nivel de aseguramiento en Colombia es muy bajo, por la baja percepción de riesgo de las personas, asegura el gremio de las aseguradoras, Fasecolda. El porcentaje de aseguramiento de edificaciones terminadas es cerca del 10%; muy bajo si se considera que hace 10 años en el sismo de Eje Cafetero esta proporción era la misma.
Esta baja percepción no es sólo de las personas naturales sino de algunas personas jurídicas dedicadas al negocio de la construcción, que no protegen sus proyectos en obra y dejan expuesto un capital importante. Las coberturas diseñadas para las obras se conocen en el mercado como Seguros de Ingeniería, que agrupan las coberturas de todo riesgo en construcción, montaje y rotura de maquinaria. Su objetivo principal es ofrecer una protección contra las pérdidas que pueden sufrir los constructores o propietarios de una obra en construcción contra eventos súbitos como incendio, terremoto, daños por agua, o acciones de la naturaleza.
La falta de sismorresistencia se presenta generalmente en la autoconstrucción y la misma es preocupante. Sin embargo es relativamente fácil identificar estas zonas, lo mismo que las construcciones que se edificaron con antelación a la primera norma sísmica. Pero más preocupante aún es que se presenten estas fallas en diseño o en las construcciones mismas, sobre obras en donde intervienen ingenieros y arquitectos que están obligados a cumplir con las normas. En el sismo de Armenia de 1999, por ejemplo, colapsaron construcciones supuestamente sismorresistentes por defectos en los materiales de construcción. Fue tan evidente la mala calidad en los materiales que resultó perturbador para los aseguradores, afirma la entidad.
De igual manera resulta muy preocupante para el sector que no se apliquen los resultados de los estudios de microzonificación sísmica en algunas ciudades importantes, por falta de determinación del gobierno local. Esto genera vulnerabilidades que pueden terminar en enormes pérdidas materiales y de vidas.
En el marco que ofrece la coyuntura de los recientes sismos, el 12 de mayo de 2010, Fasecolda realizará un seminario especializado sobre las coberturas de ingeniería, en donde se invitará especialmente a funcionarios del Estado, con el propósito de dar a conocer los detalles jurídicos y técnicos de las coberturas que se ofrecen en este tipo de seguro; en especial cuando la nación inicia la construcción de grandes obras a lo largo y ancho del país.